El arte espiritual de los Mándalas
se originó en la India, y es una herramienta fundamental para la meditación. Su
nombre ¨Mándala¨ en sánscrito, el idioma clásico de la India quiere decir
"círculo”, tibetano es KYLKHOR (KYL: centro KHOR: circulo) literalmente
seria "el centro de los alrededores

En el Budismo los mándalas
sirven como instrumento de meditación, los más conocidos son los mándalas
Tibetanos que consiste en dibujar con arena de colores proceso que dura varios
días a veces semanas, Cuando está terminada los monjes lo destruyen ya que lo
principal no es la obra terminada sino el proceso de su creación. El camino es
la meta.

Los mándalas tibetanos de
arena suelen elaborarse a pedido de la comunidad con la intención de traer paz
y armonía al mundo, a un lugar determinado y a sus habitantes; también son
utilizados como valiosas bendiciones y como instrumentos de meditación activa,
cuya esencia descansa en su construcción.
En la cultura egipcia, los mándalas
eran utilizados debido a la fuerza que estos transmitían, llenando de energía el
lugar y como instrumento de meditación profunda. También se usaban dentro de
las casas para atraer la energía o transmutar la negativa en positiva, así como
para crear armonía y balance en la morada.

En la civilización China aun
en la actualidad, son utilizados para generar abundancia y prosperidad así como
para fortalecer la salud.
En algunas tradiciones se
empleaban como protección contra los malos espíritus y como una especie de
amuleto para promover la valentía y el coraje. Es el caso de los talismanes
rúnicos.
Los nativos Navajo
celebraban ceremonias elaboradas, las cuales incluían oraciones y pinturas de
arena representando diversos mándalas. Estos no eran permanentes, invocaban a
los seres sagrados a la vez que servían como altares provisionales. Se
dibujaban dentro de los hogares beneficiando, con cada mándala, no solo a los
habitantes de esa casa, sino también a todos los miembros de la tribu.